Fiel a su cita trimestral esta mañana se publicaron los datos de la Encuesta de Población Activa correspondiente a los tres últimos meses del año pasado, lo que nos aporta el eslabón definitivo para obtener una panorámica más o menos realista de las situación del mercado en la provincia durante el año pasado.
Si la semana pasada les ofrecía una visión de la afiliación a la seguridad social, y su relación con los tipos de contratos laborales que se firman en Granada, hoy hablaremos de los datos de paro y la relación que mantienen igualmente con los tipos de contrato, además de por su duración, sino relacionados con el tipo de jornada. Seguro que encuentran muchas respuestas a sus preguntas…
La EPA mejora los anteriores meses, pero Granada es la cuarta provincia con mayor tasa de paro
La provincia de Granada cerró el año 2014 con una tasa de paro del 35,11% sobre su población activa, y aunque se trata del mejor dato desde el segundo trimestre de 2012, el hecho de no haber bajado de la fatídica barrera del 35% afea algo la progresión experimentada. Pero no veamos un éxito donde no lo hay; la provincia de Granada es la cuarta que mayor tasa de paro tiene a nivel nacional, tras Cádiz (líder indiscutible en desempleo), Almería y Huelva y eso es un problema estructural gravísimo. Granada estuvo incluso muy cerca de liderar este fatídico ranking en algún momento, llegando a alcanzar su peor registro en el segundo trimestre de 2013, con un 38,25% de tasa de paro.
El mejor registro de los últimos 33 meses, no obstante, queda lejos de la cifra a partir de la cual todo se disparó. Justo ahora hace tres años, en el cuarto trimestre de 2011, Granada tenía una tasa de paro seis puntos inferior a la actual, y estaba por debajo del 30%. Cabe recordar que, poco antes de que llegara esta etapa en la que los políticos empezaron a jugar al tabú con la palabra crisis, la tasa de desempleo era del 10,55%, exactamente hace ocho años.
Les muestro estas cifras para que relativicen el logro obtenido en el último año. Un año, todo un año, con sus doce meses, para reducir un 0,71% la tasa de paro. La pregunta es… ¿cuántas generaciones harán falta para conseguir el pleno empleo a este ritmo? No es menos cierto que la tasa de población activa ha aumentado ligeramente, y se ha colocado en niveles similares a los del tercer trimestre de 2013; en aquellos meses la tasa de paro era del 38,25%, y hoy es tres puntos inferior. Quizá esa sea la lectura más positiva de la serie.
La provincia baja de los 100.000 parados registrados
Si atendemos a la cifras del Servicio Público de Empleo Estatal, el SEPE, que presenta sus estadísticas sobre los ciudadanos inscritos como demandantes de empleo, obviando a aquellos que han abandonado las listas por razones diversas, podríamos obtener un titular fácil: en el mes de diciembre, la provincia de Granada bajó de los 100.00 demandantes de empleo por primera vez desde diciembre de hace tres años. Treinta y seis meses ha tardado la provincia en bajar de los cien mil parados; en este caso sí ha conseguido romper otra de las barreras psicológicas, aunque no parezca que sea para felicitarse.
¿Y dónde está el paro granadino? En el último año ha aumentado el número de parados en la agricultura, se reduce ligeramente en el sector industria (626 desempleados menos) y se muestra inalterable en el sector servicios, con solo 151 parados menos que en diciembre de 2013. Donde realmente se nota la bajada, créanlo, es en la construcción, donde podemos encontrar 2.871 parados menos que a finales del año anterior.
El sector servicios da muestras de agotamiento preocupantes. Teniendo en cuenta que es el que más personas aporta al mercado laboral (casi seis de cada diez demandantes de empleo pertenecen a este colectivo) su capacidad de dar respuesta se está mostrando muy limitada. De la misma manera aumenta el número de desempleados el colectivo que carecía de empleo anterior, cuestión que se deja notar especialmente en los menores de 25 años (682 parados más, a pesar de las políticas activas de empleo destinadas a este colectivo).
La precariedad laboral se acentúa con la temporalidad de los contratos y las jornadas parciales
Esta es la radiografía del mercado de trabajo en Granada durante 2014. Una panorámica que nos permite ver que desciende el paro y se crea en empleo, en términos generales. Aunque sea con cuentagotas, no deja de ser una buena noticia… o quizá no tanto. Aunque las grandes cifras dicen que se crea empleo en la provincia, habría que analizar un poco más sobre qué tipo de empleo, para evitar triunfalismos innecesarios.
Ya les conté la semana pasada que uno de los factores que influyen en la precariedad laboral es el hecho de que por cada 100 contratos laborales que se firman, 96 son de carácter temporal. Y les avisé de que las cifras todavía pueden ser peores, si analizamos los datos de contratación según el tipo de jornada. Pues bien, valga un dato de muestra… De los algo más de diez mil contratos indefinidos que se suscribieron en 2014, solo el 53% eran a jornada completa. El resto eran a jornada parcial (un tercio) y fijos discontinuos (algo más del 13%).
Si esto sucede en la contratación indefinida, ¿qué podrá pasar entre el resto de las modalidades de contratación? Atendamos a los números de los dos tipos de contratos más frecuentes, ambos temporales: el de obra y servicio y eventual por circunstancias de la producción.
En el primero, el de obra y servicio, los contratos con jornada parcial que se firmaron fueron de algo más del 30%, tendencia que ha ido en aumento, si tenemos en cuenta que cinco años antes, en 2010, la proporción era del 25%. Pero eso no es todo; casi tres cuartas partes del total de los contratos registrados no tenían establecida duración alguna, lo que les permite hacer uso del despido en cualquier momento. Y del resto, dos de cada diez tenían estipulada una duración inferior al mes.
En el caso de los contratos eventuales por circunstancias de la producción, los datos son parecidos. En el plazo de cinco años hemos pasado de 19 a 26 contratos a jornada parcial por cada cien que se firman. En este caso, además hay datos reveladores de la fragilidad del mercado laboral en Granada: el 85% de los contratos eventuales rubricados tenían una duración inferior al mes. Y para que se hagan una idea de la magnitud de este dato, sepan que todos los contratos eventuales que se firmaron en 2014 con duración inferior al mes suponen el 45% de la contratación total del año, en todas sus modalidades. ¿Podemos llamar a esto precariedad, o quizá habrá alguien que se moleste por ello?
No sé si esto responde al perfil de minijobs al que parecen querer acostumbrarnos como única salida a la crisis. Pero más allá de etiquetas, parece que la precariedad inaugurada con esta crisis tiene visos de declararse permanente a la vista de lo que nos espera, si continúa esta evolución. Cada vez más contratos de duración determinada y con jornadas más exiguas.
Otro dato importante: esta precariedad, que parece ser un mal endémico, afecta especialmente a las mujeres; los contratos con jornada parcial para ellas suponen el 34% en el caso de contratos eventuales y el 44% en caso de obra y servicio.
Esto debe ser lo que llaman estado del bienestar
Esta y otras maldades del sistema pueden ser analizadas en los gráficos que les presento es este artículo. Profundicen en el análisis y se darán cuenta del precio que está teniendo que pagar la población granadina para poder reducir su cifra de parados. Demasiado poco impacto para tanto desgaste… ¿Es esto lo que llamamos estado del bienestar?
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